Bolivia es uno de los 15 países megadiversos del mundo, es decir que alberga una gran diversidad biológica tanto de flora como de fauna, esta megadiversidad guarda relación con el gradiente altitudinal que presenta nuestro territorio (de 90 a 6.542 m snm) y que permite tener ecosistemas que van desde glaciares, puna, bosques interandinos, yungas, Amazonía, bosque chiquitano, gran chaco, entre otros. El territorio boliviano representa el 0,2% de la superficie mundial, sin embargo, contiene alrededor del 3,5% de los bosques del mundo y entre el 45 y 55% de toda la biodiversidad mundial.
La biodiversidad es importante por sí misma, pero además brinda a la humanidad una gran cantidad de funciones ambientales, tales como: provisión de alimentos y seguridad alimentaria, materias primas (fibra, madera, combustibles, materiales, etc.), seguridad energética, aire puro, agua, suelos fértiles y protegidos, reducción de la erosión, control de inundaciones, polinización, dispersión de semillas para la regeneración del bosque, regulación del clima, regulación de enfermedades, mantenimiento de la salud y medicinas, en resumen, nos proporciona una buena calidad y diversos medios de vida.
En las últimas cuatro décadas, esta biodiversidad se ha visto cada vez más amenazada, alrededor del 30% de la fauna está actualmente con algún grado de amenaza, según el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Bolivia y en la última década el número ha ido en aumento.
Entre las principales amenazas contra la biodiversidad tenemos:
La pérdida de hábitat: que a la vez ocasiona una fragmentación en los ecosistemas que se convierten en parches aislados y pequeños que interrumpen el flujo de la fauna, esto, sumado a las características biológicas propias de las especies, las hacen más vulnerables y pueden llevarlas a la extinción. Los cambios en los hábitats se dan, sobre todo, por un aumento de las presiones antrópicas, como la deforestación o pérdida de bosques y cuya principal causa es la expansión de la frontera agropecuaria debida, principalmente, al cambio de uso del suelo. También la extracción de madera de bosques naturales, incendios provocados y por los impactos indirectos de la exploración y explotación de recursos naturales no renovables como hidrocarburos o minería.
Degradación del hábitat: relacionado con la reducción en la calidad del hábitat de una especie o su contaminación, y que puede afectar a ecosistemas terrestres y acuáticos interconectados entre sí.
Sobreexplotación: Cuando los niveles de extracción de los recursos naturales renovables exceden la capacidad de reemplazo de una población, la especie puede agotarse hasta su extinción.
Cambio climático: Las especies sin la capacidad de desplazarse o adaptarse a los cambios pueden llegar a desaparecer, tal es el caso de anfibios, por ejemplo.
Introducción de especies exóticas: Puede tener enormes impactos ecológicos y económicos, en muchos casos se las introduce principalmente para la agricultura o ganadería y pueden causar una extinción masiva de especies nativas.
Tráfico ilegal de flora y fauna silvestre: Las especies silvestres son extraídas de su hábitat natural, algunas veces vivas otras veces sin vida, para comercializarlas de manera ilegal, ya sea como “mascotas”, o para comercializar sus partes o productos elaborados con ellas. La manipulación inadecuada de las especies traficadas puede ocasionar su muerte (9 de cada 10 animales mueren antes de llegar a un destino final) y también podría ocasionar el brote de enfermedades zoonóticas, como la actual pandemia del COVID 19.
Conflicto entre fauna silvestre y seres humanos: debido principalmente a la invasión de los hábitats de la fauna silvestre, para la siembran cultivos y/o crían ganado, y su eliminación cuando afectan los mismos.
Todas estas amenazas sobre la biodiversidad van en perjuicio del equilibrio ecológico, afectan las funciones ecológicas de las zonas donde habitan y reducen los medios de vida de las comunidades locales. Por otro lado, esta pérdida de biodiversidad repercute negativamente en las oportunidades de ecoturismo, en las regiones donde podría ser una alternativa para la generación de recursos económicos por parte de las comunidades locales y el país en general.
Ante la situación que atraviesa la diversidad biológica, demandamos:
Que detenga su pérdida, provocada por un modelo de desarrollo extractivista, que no valora su importancia ecológica y su relación con las funciones ecológicas que proporcionan.
Un análisis y actualización del marco normativo actual referido a la protección de la biodiversidad y el medio ambiente, para llenar los grandes vacíos legales, por ejemplo, la ausencia de un Reglamento o Ley de Vida Silvestre, de una Ley de Biodiversidad o una Ley de Áreas Protegidas.
Que los niveles departamentales y municipales cumplan con sus funciones y atribuciones referidas a la conservación y protección de la biodiversidad, destinando fondos y fortaleciendo sus instituciones.
Que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua – MMAyA y la Autoridad Ambiental Competente Nacional – Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Gestión y Desarrollo Forestal, dependiente de éste, aumente sus capacidades de acción, vocería y peso en los niveles de decisión.